Empresas como Talleres Paiz, taller BMW Granada, hacen de la especialización en una marca determinada de automóviles –la gama de BMW y los mini Cooper en este caso- su razón de ser. En este sentido, el factor diferencial que permite el liderazgo de Talleres Paiz en este sector tan cotizado lo determina su posesión del certificado de mantenimiento electrónico registrado en BMW Group, obtenido en la misma sede central de la marca en Munich, Alemania. “Talleres Paiz dispone de toda la maquinaria y tecnología BMW y MINI necesaria para garantizar a sus clientes una diagnosis exacta de su vehículo (diagnóstico de averías, programación de unidades y sellado de mantenimiento electrónico), con la misma garantía de un servicio oficial”, defienden desde el establecimiento granadino, donde aparte de los recambios originales garantizados para cada reparación, también se ofrecen servicios como el servicio Pre ITV, el servicio de aceite, el servicio de líquido de frenos y el servicio de aceite y microfiltro.
Las averías en el coche no son una cuestión baladí, sobre todo teniendo en cuenta la proximidad de periodo de vacaciones y los desplazamientos ligados al verano. Los mayores problemas que tienen lugar en los automóviles modernos se pueden agrupar en cinco grandes áreas. En el primer puesto de la lista están los fallos relacionados con el chasis y la dirección, donde se llevan la palma los elementos que componen el sistema del suspensión del vehículo -amortiguadores, muelles, rótulas, brazos de suspensión, puntos de anclaje…- y la dirección -rótulas, bomba de asistencia, etcétera-. Su importancia para la seguridad del vehículo es decisiva, ya que afectan a la estabilidad de la conducción. No menos relevante es, por supuesto, el sistema de frenos del coche, cuyo malfuncionamiento y peligrosidad puede comenzar por el desgaste, la fuga de líquido o el funcionamiento incorrecto de cualquiera de sus múltiples componentes –la pastilla o los discos de freno, las bombas de frenado, los latiguillos, el servofreno, etcétera-. De igual manera, la avería puede estar ocasionada por el funcionamiento desigual del frenado en las ruedas de un mismo eje del automóvil, responsable de provocar frenadas más largas y derrapes en la toma de las curvas.
Respecto al motor y los sistemas destinados a combatir la contaminación generada por la conducción, los fallos están vinculados tanto con el motor -incluido el sistema de escape, que engloba el propio tubo, el catalizador, la sonda Lambda…- como en el sistema de transmisión -caja de cambios, diferencial, transmisiones…-. Ya pasando al interior del vehículo, la carrocería también es un área crítica donde los fallos pueden referirse a la corrosión y el desconchado de las piezas, la desregulación o la ruptura de los faros, los desajustes en el anclado del asiento del conductor, el cabecero del asiento, el sistema de anclaje del cinturón de seguridad, el desgaste del volante, problemas en el salpicadero,… Pequeñas cuestiones que afectan a la seguridad en marcha, al dominio del conductor sobre el vehículo y a las posibles lesiones derivadas de un eventual accidente.
En el caso especial de los modelos punteros y de más alta gama, la tecnología instalada en el vehículo comporta otro factor de preocupación y revisión constante. Los sistemas electrónicos y de electricidad son tan útiles como sensibles, y muchos de ellos también poseen su cuota de incidencia sobre la seguridad vial y del conductor. Entre los elementos comprendidos en este sector, aparecen las luces de avería que se encienden o apagan cuando no deben, los fallos en elevalunas eléctricos, las deficiencias en el cierre centralizado, problemas en el sistema de climatización, fallos en la iluminación interior, averías en la radio y en el navegador, desperfectos en la luneta trasera térmica,…