La facturación electrónica para autónomos disminuye en gran medida la carga administrativa

España cuenta con cerca de 3,4 millones de trabajadores por cuenta propia, según datos del Ministerio de Trabajo. Una parte significativa de ellos son jóvenes que aspiran a emprender su propio negocio. Sin embargo, iniciar una actividad como autónomo no solo requiere iniciativa, sino también apoyo financiero, cierta experiencia y una correcta gestión administrativa desde el primer día.

De hecho, muchos jóvenes que aún no han dado el paso al autoempleo desarrollan su actividad en sectores como el comercio minorista, la hostelería, la restauración, las tecnologías de la información, la salud o las actividades inmobiliarias. Esta vinculación previa con entornos laborales diversos les proporciona el bagaje necesario para emprender en el futuro.

Tal y como recoge el medio 20minutos, durante el último año se incorporaron 42.396 nuevos trabajadores al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), según cifras de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos. Una cifra que refleja la vitalidad del colectivo, pero también la necesidad de adaptarse a las nuevas exigencias normativas y tecnológicas.

Una de las primeras gestiones que debe realizar cualquier autónomo es registrarse oficialmente. Para ello, es obligatorio darse de alta en Hacienda mediante el modelo 036 o 037 y en el RETA. En el modelo fiscal se deben consignar tanto los datos personales como el tipo de actividad económica que se va a ejercer. Además, en las facturas emitidas deben incluirse los impuestos correspondientes (IVA e IRPF), y se deben declarar todos los gastos relacionados con la actividad, lo que obliga a conservar cuidadosamente cada documento.

Hasta hace poco, era habitual que muchos autónomos elaboraran sus facturas utilizando programas como Word o Excel. Sin embargo, con la entrada en vigor de la nueva normativa, esta práctica ha quedado obsoleta. A partir de ahora, deberán emitir obligatoriamente facturas electrónicas cuando realicen operaciones con otras empresas. No será válido escanear una factura en papel y enviarla en PDF por correo electrónico. Solo se aceptarán documentos generados y enviados en formato electrónico desde plataformas autorizadas.

Esta transición a la facturación digital forma parte de un proceso más amplio de modernización impulsado por el Ministerio de Economía. El objetivo es claro: avanzar hacia una gestión empresarial más eficiente, reducir errores en los cálculos y mejorar el control fiscal por parte de la Agencia Tributaria. Por eso, a partir de la implantación de este sistema, todas las facturas —tanto de ingresos como de gastos— deberán enviarse también a la AEAT como copia electrónica, lo que contribuirá a mejorar la trazabilidad y transparencia del flujo económico entre profesionales y empresas.

Con el fin de conocer mejor las ventajas de esta nueva modalidad, hablamos con el equipo de Erploop, una empresa especializada en soluciones de facturación electrónica y automatización para pymes y autónomos. Sus expertos destacan que la digitalización no solo agiliza los procesos contables, sino que también mejora el control de la facturación y ayuda a cumplir con los plazos de pago establecidos

Las facturas electrónicas deberán generarse a través de plataformas autorizadas y en formatos válidos como XML o Facturae. En cuanto al calendario de aplicación, será obligatoria para operaciones dentro de España. En el caso de autónomos cuya facturación anual supere los 8 millones de euros, la exigencia entrará en vigor en 2025. Para el resto, la fecha límite se pospone hasta 2026.

Entre los beneficios de esta transformación destacan el ahorro de tiempo y la simplificación administrativa. Muchos profesionales, acostumbrados a realizar sus facturas manualmente, podrán ahora gestionarlas desde cualquier dispositivo, acceder a ellas mediante filtros de búsqueda por fecha, número, concepto o datos fiscales, y evitar su pérdida gracias al almacenamiento en la nube.

Otra ventaja fundamental es la disminución de errores comunes, como la omisión de datos clave o los fallos en los cálculos. La automatización del proceso permite que el sistema genere las facturas con los datos correctos, calcule los impuestos de forma precisa, aplique el IRPF correspondiente, e incluso duplique facturas anteriores para acelerar tareas recurrentes.

Esta automatización también permite que el autónomo pueda seguir de forma sencilla el estado de sus facturas desde la emisión hasta el cobro, incluyendo tanto ingresos como gastos. Eso sí, para operar con estas plataformas, será necesario disponer de un certificado digital o un DNI electrónico, ya que todas las facturas deberán estar firmadas electrónicamente mediante un sistema de firma avanzada.