Automovilismo: un mercado por el que apostar

España es uno de los países que más devoción ha demostrado por el motor en las últimas décadas. Aunque los grandes fabricantes de vehículos como Ferrari, Audi, Mercedes o Volkswagen no son de nacionalidad española, hay que reconocer que son muchos los nacionales que se han interesado en este negocio y que han tratado por todos los medios de crear nuevas marcas de nuestra nacionalidad siguiendo los pasos de, por ejemplo, Seat.

No obstante, y teniendo en cuenta que acceder a un mercado conlleva superar una serie de barreras económicas cuyo cumplimiento no es nada sencillo, obtener financiación es lo más importante a la hora de fundar una nueva marca comercial en el mundo del motor. Obtener dicha financiación, para más inri, tampoco es un asunto que ni mucho menos tenga una fácil resolución.

Desde hace poco más de un año estoy intentando desarrollar una nueva marca comercial en ese mundo del motor. Cuento con el apoyo de varios analistas de un mercado como este y de numerosos ingenieros y trabajadores con los que ya he diseñado y fabricado vehículos en España. Este es un proyecto que va en serio pero que, en un principio, contaba con pies de barro debido a la insuficiente financiación con la que contaba.

Aunque nuestras fábricas en España ya daban suficientes quebraderos de cabeza, a la Junta Directiva de mi empresa se le ocurrió la posibilidad de contar con nuevas plantas en Estados Unidos debido a que allí existían más posibilidades de hacernos con mejores herramientas tecnológicas y con los servicios de otros grandes profesionales del sector. Sin embargo, y sabiendo que nuestro capital nos impedía hacerlo por nuestra cuenta, tendríamos que contar con una línea de financiación segura y confiable.

Era momento de lanzarse tras la búsqueda de ese dinero que tanta falta nos hacía. Después de que muchos bancos nos dieran una respuesta negativa porque, como sugerían, nuestro negocio estaba más que explotado, apareció en el horizonte una alternativa que resultaba interesante: Cofides, una entidad que se encargaba de proporcionar el capital necesario para que empresas españolas invirtieran en el exterior. Se trataba del tipo de solución que necesitábamos para montar nuestra nueva planta de producción en Estados Unidos.

Contactamos con aquella empresa y les comentamos el proyecto que nos traíamos entre manos. Afortunadamente, el mundo del motor les parecía un buen negocio en el que operar y por ende nos aseguraron que podríamos contar con dinero para llevar a cabo todas nuestras actividades para expandir la empresa hasta el gigante americano. Se trataba de una grandísima noticia para nosotros. Una noticia que suponía un antes y un después para la historia de nuestra compañía.

Una apuesta convencida y fiable

En apenas unos días teníamos transferido el dinero y podíamos comenzar a elaborar las gestiones pertinentes para llevar nuestra empresa hacia Estados Unidos. Todo empezó a marchar tan bien que en apenas unos meses ya estaba perfectamente montada y equipada nuestra primera fábrica cerca de la ciudad de Philadelphia. Era un logro impresionante y que no habría tenido lugar sin el dinero que nos fue facilitado desde Cofides.

Un dinero que, por otra parte, ha servido de gancho para que en nuestras arcas entrara más y más capital. Nuestra aparición en un mercado como el estadounidense nos ha servido para empezar a darnos a conocer y conseguir un nicho que nos está siendo muy beneficioso. Aquí, en España, también seguimos trabajando con buenos resultados, algo que nos hace ser optimistas de cara al futuro y refrendar una idea por la que apostar no fue nada fácil en su día.

Aunque convertirnos en Ferrari o Mercedes es casi una utopía, es innegable que nuestro negocio ha funcionado a la perfección. En muchas ocasiones me pregunto qué pensarán en algunos de los bancos en los que rechazaron financiar nuestro proyecto. Ellos son los grandes perdedores en este juego, ya que desde mi entidad hemos sido capaces de pagar los intereses del préstamo (que por otra parte no eran elevados) con comodidad y en un plazo reducido de tiempo. Una gran victoria para los tiempos que corren.