Cuando por fin terminé mis estudios de veterinaria, mis padres me tenían preparadas dos sorpresas muy distintas.
Por un lado, mi madre me regaló una sesión completa en Care Dent Albacete, y menos mal porque llevaba con un dolor de muelas que ya no aguantaba. Además, como en esta clínica tienen una tecnología muy avanzada también me hicieron una evaluación completa con radiografía para detectar cualquier problema.
Mi madre siempre me hacía regalos prácticos y saludables, mi padre sin embargo era algo diferente. Sabía que necesitaba un coche, pero lo que nunca me habría imaginado es que se había pasado los últimos meses dejando a punto un Jeep, mi modelo favorito para ser más precisos.
Un Jeep Wrangler rojo en perfectas condiciones para irse de aventura.
Acababa de adoptar un perro de tamaño mediano y el Jeep era perfecto para llevarlo en la parte trasera, además de ser descapotable. Era el Jeep de mis sueños y ahí estaba con las llaves puestas.
El Jeep perfecto para Escaparte a la Montaña
Mi padre me conocía a la perfección, sabía la vidilla que iba a darme este Jeep y según él me lo había ganado a pulso. Acepté su regalo con muchísima ilusión.
Era el Jeep de mis sueños, no sé cómo lo habría hecho, pero ahí lo tenía, como nuevo. Con su habitáculo rediseñado con materiales de calidad, numerosos huecos porta objetos, reposabrazos en las puertas, espejos y ventanillas traseras de gran tamaño.
Recordaba la de veces que lo había dejado caer, siempre medio en broma cuando veíamos películas de aventuras juntos y le hacía saber lo mucho que me gustaría tener uno de esos Jeeps con los que el protagonista se adentraba en la selva en busca de algún tesoro perdido.
Y ahora, ahí estaba, al principio no podía dejar de admirarlo y es que era un auténtico Jeep Wrangler con todas y cada una de sus características y funcionalidades.
Un volante multifunción, conexión para dispositivos USB y el equipo de audio en función streaming mediante Bluetooth.
En cuanto a sus características mecánicas, el motor estaba en perfectas condiciones, con un mayor aislamiento acústico que supone menos ruido en la marcha. Se trata de un motor diésel que desarrolla una potencia máxima de 200 CV.
El chasis y la geometría de la suspensión contribuyen a garantizar un eficiente rendimiento todo terreno. El chasis de largueros y las suspensiones delantera y trasera de eje rígido aseguran la máxima resistencia necesaria para soportar las condiciones extremas y superar los obstáculos más difíciles.
Lo cierto es que en Cuenca que es la ciudad a la que me quiero ir a montar mi pequeña clínica hay un montón de vehículos de este tipo, y es que el entorno natural que tiene esta ciudad es incomparable.
A tan solo unos minutos, estas en plena naturaleza y contar con un buen vehículo todoterreno que te ayude a acceder a estos lugares perdidos en plena montaña es una gran ventaja para los que amamos la naturaleza y queremos llegar a sitios recónditos.