No sé si recordaréis aquel anuncio de BMW cuyo slogan rezaba la pregunta de “¿Te gusta conducir?”. Seguro que sí porque se hizo realmente famoso y todos imitábamos la mano del spot jugando con el aire a través de la ventanilla del coche. La respuesta a esa pregunta, supongo que para la mayoría de nosotros, es un “sí” rotundo, pero estaremos de acuerdo en que no es lo mismo conducir que CONDUCIR.
Puede que cojas el coche para ir al trabajo todos los días, e incluso puede que lo cojas también para llevar a tu pareja, hijos, padres o amigos a donde necesiten llegar. Es posible incluso que lo cojas los fines de semana para ir aquí y allá pero… ¿realmente es eso “conducir”? Para mí, CONDUCIR con mayúsculas, es sentarse al volante y disfrutar de largos recorridos navegando por esos ríos de asfalto que conocemos con el nombre de «carreteras» y, a ser posible, por aquellas que no tengan demasiado tráfico ni demasiados semáforos. Tampoco se trata de coger velocidad y creerte Fernando Alonso en un circuito, ni de fardar con el mejor motor del mundo resonando cada vez que aprietas el acelerador, de lo que se trata es de relajarte, sin pensar en nada, dejar atrás los problemas y CONDUCIR.
Las mejores rutas
Probablemente todos hemos pensado, o soñado, alguna vez en subirnos al volante de una camioneta Chevrolet e iniciar recorrido por la Ruta 66 de Estados Unidos, donde puedes llegar a conducir decenas de kilómetros sin cruzarte a penas con un vehículo, y donde puedes ver esos paisajes tan utilizados en películas americanas. El problema es que nos pilla un poco lejos, al menos a mí, y por ahora no es algo que tenga planeado hacer, por lo menos hasta mi jubilación.
Sin embargo, a pesar de que no son tan idílicas, en España también podemos CONDUCIR por rutas que no están nada mal.
Ruta de la Costa Brava, de Lloret a Tossa de Mar.
Probablemente una de las mejores rutas que he hecho. Yo, que no había estado nunca en Cataluña, opté por llegar hasta Barcelona en avión, donde me alojé en Mercer Hoteles dos noches, las suficientes como para ver lo más característico de la ciudad condal e iniciar mi viaje por carretera. Esto provocó que mi ruta fuera algo más larga que la habitual, pues tuve que desplazarme desde Barcelona hasta Lloret de Mar que está en Girona. Tardé una hora y media aproximadamente por una ruta que recomiendo totalmente: pasé por Badalona, Mataró, Calella, Blanes y de ahí a Lloret de Mar, todos pueblos costeros. Y siguiendo hacia adelante continué hacia Tossa de Mar.
Hablamos de una ruta extremadamente corta si la hacemos de tirón, pues en media hora te plantas en Tossa de Mar, pero mi intención era otra muy distinta y lo que hice fue parar en cada cala, en cada playa, en cada precioso rincón de la Costa Brava que aparece en esta ruta. La Morisca o La Tortuga, una cala a la que se accede por una empinada escalinata que asemeja la figura de uno de dichos reptiles, o la D´en Trons, fueron mis favoritas. Al final del camino, en Tossa de Mar nos espera el castillo de la villa medieval, perfectamente conservado, lo que me hizo sentir que retrocedía en el tiempo.
La Ruta de los Pueblos Blancos, Andalucía
Esta ruta consta de 19 pueblos de Cádiz y Málaga que se caracterizan, lógicamente, porque el color predominante de sus casas bajas es el blanco. La mayoría de sus calles se adornan con flores que cuelgan de las fachadas de las viviendas, una estampa ampliamente conocida tanto por nosotros como por los extranjeros. Si os decidís por hacer esta ruta os recomiendo no dejar pasar la posibilidad de alojaros un par de noches en el Cortijo Bablou, en Cádiz, un hotel súper original en el que puedes elegir dormir en una habitación clásica dentro del cortijo, en un campamento nómada e incluso en una roulotte gitana. No dejéis de probar las delicias gourmet de la Andalucía más tradicional: el jamón, el aceite de oliva y algún que otro dulce que hace salivar a cualquiera.
La Ruta de los Molinos, Castilla La Mancha
Una ruta conocida por todos gracias a Miguel de Cervantes y a su protagonista, Don Quijote de la Mancha, quien confundía molinos con gigantes. Los pueblos con mayor número de molinos conservados en la actualidad son Mota del Cuervo, Campo de Criptana y Consuegra, pero no olvidéis reservaros una jornada del viaje sólo a conducir por la extensa llanura manchega, es una apsada. Podéis alojaros en el Cortijo El Sapillo, en Nerpio, otro de los pueblos más famosos de la zona, en Albacete, una especie de casona rural fantástica para vivir la naturaleza en todo su esplendor. Otros pueblos a visitar con gran número de molinos son Tembleque, El Romeral, Herencia, y Alcázar de San Juan.
Otras rutas que aún no he recorrido pero que pretendo recorrer son: la ruta de La Alpujarra de Granada, la ruta del Priorat de Tarragona, la ruta del Cabo de Gata en Almería y y la ruta de la Costa da Morte en Galicia. ¿Me recomendáis alguna más?