Garajes, ruedas y autos en el séptimo arte

Los garajes, lugares únicos de los que han salido las creaciones de algunas de las mejores bandas de rock, los y las informáticas más frikis y exitosos o los customizadores más originales. Han sido, además, los escenarios de cientos de películas a lo largo de toda la historia del cine. Regreso al futuro, Primer o American Beauty  encuentran en los garajes los mejores aliados para dar rienda suelta a su imaginación. Porque el garaje, amigos y amigas, no es sólo una estancia más, incluso me atrevería a decir que para algunos, entre los que me incluyo, es la mejor de todas, donde guardamos a nuestro más fiel compañero, el auto.

Siempre había tenido ganas de pintar el garaje en plan peli sesentera, estilo grease o rollo de ese estilo, pero mi pareja siempre me echaba la idea abajo, me decía que era una hortera enorme y al final, con tanta risa y tanta crítica me quitaba hasta las ganas. Pero ahora, la que le ha echado he sido yo. Ya no vive conmigo y por lo tanto no tengo que aguantar las insoportables críticas de pedorro insufrible, sus interminables chapas en cuanto a decoración y buen gusto. Todo un artistilla el muy… Pero ahora todo eso ya de igual, y puedo hacer con mi garaje lo que me salga del mismísimo.

Lo primero de todo era darle una buena mano de pintura, para lo que me puse en contacto con los profesionales de Pinturas Insa, una empresa alicantina experta en  todo tipo de trabajos en pintura decorativa, de alta decoración, pintura en promociones de viviendas, naves, parking de vehículos, pintura a nivel industrial, pinturas y tratamientos epoxi, etc. Esta empresa trabaja atendiendo en todo momento al cuidado y limpieza de las instalaciones, por lo que se esforzaron en proteger y cubrir adecuadamente mis propiedades, forrándolas con cartón de carrocero plástico en suelos, ventanas, pulsadores, etc. Otra cosa importante, es que en todo momento, me mantuvieron informada, proporcionándome las fichas técnicas de los materiales que emplearon para la faena. Unos auténticos profesionales, formados y educados.

Ruido de motor, melodía para mis oídos

El mundo del motor, en concreto de las carreras de coches y motos, resulta especialmente atractivo en el cine, aunque tengo algo que objetar en relación a los protagonistas de este tipo de películas, ya que por norma general, suelen ser protagonizadas por hombres, dejando a las mujeres como meras acompañantes, adornos o trofeos de éstos. Y esto me enfada sobremanera, porque queridos cineastas, las mujeres también conducimos, y lo hacemos muy bien, incluso podría decirse que mejor que los tíos, y lo digo aún a sabiendas que esta opinión no será compartida por los lectores, en su mayoría seguro, varones.

Pero volviendo al tema que nos ocupa, los coches, o mejor, la velocidad, ha protagonizado alguna de las mejores secuencias del cine antiguo y moderno, junto a los actores más carismáticos, desde Steve McQueen a Aaron Paul, pasando por Vin Diesel.

De hecho, como todo el mundo sabe, Steve McQueen, era un apasionado del motor que ha tenido la suerte de conducir los mejores coches, tanto dentro como fuera de la gran pantalla.

En Bullit, película de acción estrenada en el año 1968, el actor conducía un Ford Mustanf GT390 Fastback, toda una joya y probablemente con el auto con el que más asociamos a la popular estrella de cine, también conocida como “The Kingo of the Cool”.

En Le Mans, película de 1971 el propio McQueen conduciría sin ningún tipo de truco o montaje el Porsche 917K por le popular circuito francés, llegando a alcanzar los 360km/h. Menuda máquina, y hablo del hombre…

En El Caso de Thomas Crown, el actor lleva un fabuloso Buggy Meyers Manx, modificado y mejorado por sugerencia de McQueen, y aunque el chasis era el de un Escarabajo, el motor sería el del Chevrolet Corvair, con un potente motor refrigerado por aire con 140 cv.

Personalmente tuvo la enorme fortuna de ser el orgulloso propietario de varios y espectaculares vehículos como el Jaguar XKSS de 1956, el Austin Mini Cooper S de 1961, el Shelby Cobra 289 de 1963, el Ferrari 250 GT Berlinetta Lusso de 1963 o el Porsche 356SA Speedster de 1958.