Si hay un lugar hermoso para recorrer y tomarnos nuestro tiempo en disfrutarlo con el coche es Cerdeña. Esta preciosa isla italiana enclavada en el mar Mediterráneo, entre la península itálica y España, tiene unos paisajes espectaculares que al menos debemos ver una vez en la vida. Sus aguas de color turquesa y su rica gastronomía, así como su tranquilo modo de vida, hacen de este lugar un espacio inigualable para pasar unas vacaciones de relax y playa o simplemente de turismo.
Nosotros os recomendamos que echéis en vuestras maletas ropa cómoda y fresca, como pueden ser los vestidos de la marca HHG o unas bermudas y polos para los chicos, y cojáis el coche para dar una vuelta a esta espectacular isla.
A Cerdeña es posible llegar en avión, de hecho, cuenta con varios, tanto en Alguero como en Cagliari e incluso alguno más pequeño, pero si podemos es conveniente llevar nuestro coche, ya que es la mejor manera de moverse por la isla y finalmente tendríamos que alquilar un vehículo allí, algo que, por cierto, no es nada barato si lo hacemos con alguna de las empresas internacionales tan conocidas. Muchos son los barcos o ferris que salen desde la costa mediterránea de nuestro país y que nos llevan hasta la isla por un precio bastante razonable. Allí el precio de la gasolina es similar al de España, quizás un poco más elevado, pero apenas notaremos esa diferencia.
Las ciudades en esta isla son pequeñas y una vez que cojamos los hoteles o apartamentos donde dormir fácilmente encontraremos también aparcamiento cerca y de manera gratuita. Pocas son las urbes que tienen un aparcamiento regulado, si acaso, cerca de los puertos, para facilitar el movimiento. Pero normalmente tendremos un hueco cerca del alojamiento y sin coste alguno.
De esta manera nos quedará cerca el coche para movernos de ciudad en ciudad y de playa en playa con todos nuestros enseres a mano para que no nos falte de nada. Incluso, es posible que nos bañemos en una cala y volver al coche para cambiarnos e ir a comer a otro pueblo o a otra playa.
El recorrido
Lo mejor para conocer Cerdeña es llegar a la villa de Alguero, donde todavía encontraremos el recuerdo de haber pertenecido a la Corona de Aragón. Lo veremos por ejemplo en el dialecto que allí hablan y lo fácil que nos entenderemos al hablar con ellos. También lo veremos en su gastronomía y cultura, sus calles medievales nos recordarán a muchas villas mediterráneas de España. Una vez en Alguero, no debemos dejar de visitar la gruta o cueva de Neptuno, un lugar precioso de la naturaleza para el que debemos llevar una chaqueta, ya que tendremos frío dentro.
Desde Alguero podemos visitar la península de Stintino, famosa por su larga playa y por lo rico de su flora y fauna. Aquí comenzaremos a disfrutar de playas de agua cristalina de la que pocas veces podemos ver.
Tras darnos un buen baño en esta playa, podemos acercarnos a Castelsardo, otra villa medieval donde hay un gran ambiente por las noches para salir de fiesta y a cenar a sus múltiples restaurantes y que está coronada por un bonito castillo y una fortaleza de la época.
Desde Castelsardo podemos recorrer las playas de la zona norte de la isla hasta la costa Esmeralda. Posiblemente la más curiosa de todas estas sea la playa Rosa, conocida así por el color de su arena, que llama mucho la atención del viajero.
Ese mismo día podemos llegar para dormir o hacer base en Porto Pollo o Palau, por ejemplo, un hermoso puerto desde donde es posible coger un barco para pasar el día por el archipiélago de la Magdalena. Esta es de las actividades más bonitas que podemos hacer en la isla. Los barcos nos llevarán por lugares preciosos, enclaves a los que solo es posible llegar de esta forma o con una embarcación privada, por lo que no debemos perder la oportunidad. Aquí no podemos olvidarnos de llevar varios bañadores porque tendremos la sensación de que cada playa en la que atraquemos es más bonita que la anterior y solo querremos meternos en sus aguas. Normalmente en estas excursiones nos dan ya la comida en el barco. Y, cómo no, pasaremos mucho calor bajo el sol, así que la crema de protección solar, las gafas oscuras y una buena gorra son nuestros compañeros obligados.
El día siguiente podemos dedicárselo a Porto Cervo. Es un lugar curioso aunque muy denostado por otros turistas. Aquí se encuentra el gran lujo de Cerdeña. Un pequeño Puerto Banús. Grandes yates y tiendas de las firmas más caras llenan sus calles, donde veremos siempre berlinas y deportivos de lujo. Aquí se encuentra también el famoso Billonaire, la discoteca del glamuroso Flavio Briatore.
Siguiendo nuestro recorrido por la isla, el siguiente destino puede ser Cala Gonone, un lugar de playas recónditas a las que es necesario acceder en barco. Así que para llegar hasta aquí podemos bajar por toda la costa, haciendo una parada en las ciudades de Olbia y Orosei, y disfrutando de esta carretera pegada a la costa y que luego sube unas montañas desde las que se ve el mar. No hay pérdida, ya que es la principal, por muy simple que veamos la calzada.
Desde aquí llegaremos fácilmente a Cagliari, donde podríamos poner final a nuestra ruta, ya que la parte más bonita de la isla la hemos visto, que es el norte y la costa este. Una visita a esta ciudad, cenando en su centro histórico, sería un broche de oro a un viaje inigualable.